Mujeres Inventoras

01.02.2014 14:36

 


Dos de las primeras mujeres negras que obtuvieron patentes fueron Sarah E. Goode, que patentó una cama convertible el 14 de julio de 1885, y la profesora Miriam E. Benjamin, que patentó una silla con alarma para ser usada en hoteles el 17 de julio de 1888.13 Cuatro años después, el 1º de marzo de 1892, a Anna M. Manguin, de Woodside, New York, se le otorgó una patente para un garfio u horquilla con propósitos de confección.14 El 15 de noviembre de 1898, Lyda D. Newman, de la ciudad de New York, obtuvo su patente por un peine de cabellos que facilitaba la impieza, el que incluía una unidad desechable que fijaba el peine y las cerdas .15 No fue sino hasta el 25 de abril de 1916 que otra mujer negra consiguió una patente.16 Madeline Turner, de Oakland, California, patentó un exprimidor de frutas. Tres años después, Alice H. Parker, de Morristown, New Jersey, fue recompensada por su reatividad en un área distinta. Obtuvo patente para un calefactor.17 Su invento fortaleció un mecanismo de calentamiento regulado que, además, facilitaba el transporte del artefacto a diversos lugares de la casa.

En 1928, Marjorie Joyner, de Chicago, Illinois, recibió una patente que contemplaba

una máquina para permanentes, capaz de ondular los cabellos tanto de blancos como de negros.18 Joyner era, en esos tiempos, empleada de la Compañía Manufacturera de Madame C. J. Walker y cedió sus derechos a la empresa. Madame C. J. Walker,

cuyo nombre de soltera era Sarah Breedlove, inventó cremas suavizantes y un

ondulador de cabellos. También desarrollo otras lociones y cremas, para lo cual

adquirió marcas registradas.19 Estructuró sus negocios en torno a dichos productos y fundó empresas en varias ciudades del país y en el extranjero. Madame Walker

culminó su carrera, además de millonaria, como la primera self-made woman.

En 1935 el número de negras dueñas de patentes ascendía a unas 12 mujeres.20

Hasta hoy, la cantidad de inventoras afroamericanas sigue siendo escasa. La mujer

negra, sin embargo, ha sido capaz de mostrar su diversidad tanto como los otros

inventores. Ha patentado juegos, juguetes, artículos domésticos, técnicas e

implementos capilares, ropa femenina, artículos infantiles y complejos métodos e

instrumentos mecánicos y técnicos. Hoy en día muchas mujeres negras están

conscientes de los beneficios de los sistemas de patentes y registros de marcas. Esta misma autora ha incentivado a muchas de ellas para que protejan sus inventos gracias a las leyes que regulan la propiedad intelectual.

Determinadas inventoras afroamericanas continúan exhibiendo sus talentos en una

serie de categorías de la invención. Un ejemplo de esta diversificación del ingenio es la historia de Henrietta Mahin Bradberry, de Chicago, Illinois. Nacida en Franklin,

Kentucky, apenas terminó el segundo grado, pero muy tempranamente obtuvo dos

patentes. El 25 de mayo de 1943 patentó un artefacto que, fijado a la cama, permitía el paso del aire y, por tanto, refrescaba las ropas en uso. Más tarde, durante la II Guerra Mundial, se interesó en el conflicto y desarrolló un mecanismo para el lanzamiento de torpedos. Patentado en 1945, el artefacto operaba neumáticamente y fue adaptado para disparar torpedos bajo la superficie del agua.21 Antes de su muerte en 1979, Bradberry contó a esta autora que "las ideas se me venían a la mente". Como dueña de casa, tenía tiempo para "desarrollar los conceptos hasta alcanzar la perfección", para satisfacción, evidentemente, de la oficina de patentes.

Un segundo ejemplo es Mary Beatrice Davidson Kenner, que tuvo éxito con las

patentes de cinco conceptos ingeniosos. Hasta hoy es la más prolífica de las

 

inventoras negras. Kenner nació en Charlotte, North Carolina, y obtuvo sus dos

primeras patentes en instrumentos para el control del flujo menstrual en 1956 y 1959, cuando vivía en Washington, D. C. Le otorgaron la tercera patente en 1966,

establecida en McLean, Virginia. Se trataba de un artefacto de apoyo para “caminantes inválidos”. Kenner luego se mudó a Williamsburg, Virginia, y le fue concedida una cuarta patente en 1982 por un soporte de papel higiénico para baños. Ella no redujo el ritmo de su creatividad, pues el 29 de septiembre de 1987 obtuvo una quinta patente para un artefacto de limpieza montado en duchas (regaderas) y bañeras.22

La washingtoniana Mildred Austin Smith, hermana de Kenner, era cantante y actriz en la Compañía Nacional Negra de Opera. Hace unos 23 años, sufrió una esclerosis

múltiple. Incapacitada, Smith ideó un juego para el desarrollo de las relaciones

familiares. Más tarde patentó un juego genealógico destinado especialmente a los

jóvenes, a objeto de desarrollar su rol dentro del contexto familiar. Luego de recibir el certificado de patente, el 28 de octubre de 1980, Smith descubrió que muchos adultos y jóvenes se interesaban por su “Juego de Relaciones Familiares”.23 Por este juego, también disponible en Braille, obtuvo un copyright sobre el material escrito y sobre la marca Family Tradition (Tradición Familiar).

Otra inventora vigente es Virgie M. Ammons, nacida en Gaithersburg, Maryland. El 30 de septiembre de 1975, obtuvo una patente por su invento consistente en un control o interruptor para chimeneas.24 Este instrumento, además, funciona como sistema de seguridad para evitar la oscilación provocada por el viento. Ammons reside actualmente en West Virginia.

Otras afroamericanas que han logrado obtener patentes en los últimos años son Iula O. Carter, de Ohio; Bessie V. Griffin, de New Jersey; Makine Sowden, de Washington, D. C. y Mary Ann Moore, de Carlisle, Kentucky.25

Aunque un número considerable de mujeres afroamericanas han logrado adquirir una presencia en esta área en los últimos 20 años, una gran mayoría de ellas jamás sera reconocida. El éxito depende del desempeño del individuo y de una gran dosis de suerte. Muchos inventores son personas comunes que tienen una pasión por el desarrollo de las ideas. Sin embargo, tienen dificultades de comercialización, por carencias de capital. A pesar de estas dificultades, los individuos de color siguen demostrando su genio en muchas áreas, que incluyen la agricultura, la educación, el transporte, la medicina, biología, química, matemática y el sector aeroespacial. Estos talentosos individuos sienten el orgullo grupal de la capacidad creativa. Maggie Walker también se habría sentido orgullosa.

*Patricia Carter Sluby (antes, P.C. Ives) se desempeña como Inspectora de Patentes Básicas de la Oficina de Patentes y Registros de los Estados Unidos. Es química orgánica y realiza la inspección de las solicitudes de patentes en las áreas de la química y de la ingeniería química.

PATRICIA CARTER SLUBY

REVISTA ESPECIAL/FEMPRESS - PAGS. 12-13-14-15