Homenaje de REDAFU a la Sra. Iris Cabral activista afrouruguaya.
La Sra. Iris Cabral fue una de las signadas mujeres afrouruguayas trasgresoras para su época superando los obstáculos que imponía para su crecimiento y desarrollo personal como la visión y aportes en pos de una sociedad más equitativa y justa en un entorno racista y machista en la década de los 30y 40s.del siglo XX.
Ella como otros referentes afrouruguayos lograron hallar varias y diferentes formas de resistencia que llevaron adelante para la preservación y fortalecimiento de la identidad afro, las que en el correr de los años fueron tomando nuevas dimensiones de acuerdo a los desafíos que se presentaban en un Mundo globalizado y competitivo, siempre marcando una huella, dejando su impronta.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos de un 10 de diciembre de 1948 en París; en donde se recogen 30 artículos de Derechos Humanos considerados básicos, (tomados en cuenta a partir de la carta de San Francisco de 194) situara a la humanidad en una nueva dimensión, no solo para los pobladores de raza negra, sino para Todos y Todas en el mundo entero.
Activistas iniciáticas como las gloriosas Lanceras de Artigas: Rita N. de Carvalho, Rosa Antonia de Moreira, María Clara y Elena Pereira, Dominga Maxa, Dominga Segovia, Josefa Antonia Jiménez y María Viaña, y como así también Soledad Cruz (ya una leyenda), que nada sabían de Derechos Humanos apoyaron visceralmente la lucha por la Independencia, solo tenían su necesidad de libertad para sí mismas y para los otros en su misma situación, quizás inspiradas por su filosofía africana y esa necesidad humana de poder optar y tener oportunidades igual que los demás.
Tal vez una Elena de Silva, “africana de nación Mina” (hoy Ghana), nacida en 1747, la que hizo testamento en 1836, dejando sus bienes a la causa de la República”, fue iluminada con la luz de los que en 1948 fueran los artículos 1 y 2 de la Declaración de 1948, quien sabe…
Observemos la distancia de estas mujeres y estas acciones respecto a una Declaración de Derechos que viene a apoyar medias legales, ellas, no tuvieron el apoyo legal, sin embargo, resistieron y lucharon todas y cada una desde su lugar.
Inteligentes, creativas, lucidas y adelantadas a su tiempo mujeres como María Esperanza Barrios, editora de una revista (Nuestra Raza) a inicios del siglo XX, la que desde sus editoriales instara a la Comunidad Afro a poner todo su esfuerzo en el estudio y el trabajo comunitario. María Esperanza, no solo se queda con esta campaña, sino que iniciara otra gran campaña contra el trabajo infantil. Mujeres como una Clementina Silva promotora del voto femenino, una brillante feminista… recordemos que los grupos feministas de los primeros años del siglo XX, allá por 1919 defendían el derecho a la igualdad de oportunidades y derechos de los hijos naturales como de los hijos de madre solteras. Unas vanguardistas increíbles todas ellas.
Y llegamos siempre antes de 1948 a la Sra. Iris Cabral, también feminista activista que trabajo por el voto femenino pero que creara, lean bien creara, el Primer Sindicato de Sirvientas.
El sindicalismo en Uruguay comenzaría a esbozarse 1870 como movimiento obrero uruguayo al constituirse en forma permanente como organizaciones formadas exclusivamente por trabajadores y para su defensa, como por ejemplo la Sociedad Tipográfica Montevideana. A partir de esta agrupación de trabajadores, se formaron sociedades de socorros mutuos vinculadas a diferentes oficios o actividades y orígenes nacionales o regionales.
Es posible también que el recuerdo de las cofradías y las Casas de Nación en tiempos de la esclavitud, como la estructura socioeconómica y cultural de los palenques o quilombos, los cuales dentro de sus cometidos era apoyar y preservar al otro con un excepcional espíritu comunitario, orientaran a Iris y la tocaran con la varita mágica de la inspiración para conformar este sindicato de empleadas domésticas.
En aquellos tiempos y como resabio de un larguísimo proceso de más de 3 siglos de esclavitud, las “sirvientas” podían ser castigadas por sus patronas. Este sindicato, que aún no contaba con la protección de una Declaración de Derechos Humanos, surgió igual.
Como detalle comento que por ejemplo, los obreros de los frigoríficos, grupo fuerte y batallador se conforma a partir de 1910, vaya que esta mujer era valiente!
Notables uruguayas, descendientes de aquellas y aquellos esclavizados, los que también raptados y obligados “llegaron en barcos”, pero negreros, las que invisibilizo la historia, las que fueron silenciadas por la memoria colectiva crean en vísperas de la II Guerra Mundial el Comité Antifascista. Recordemos que la II Guerra Mundial va en el periodo que abarca 1939 al 1945.
En 1936 y junto a Maruja Pereyra otra gran visionaria participaran del Congreso Nacional de Mujeres una
innovación internacional en este tipo de agrupamientos femeninos.
Antes de 1948, la Sra. Iris Cabral tuvo bien en claro cuáles eran sus derechos, y cuáles eran sus postergaciones sociales, económicas y culturales, debito de una sociedad “blanca” y europeizada. Tuvo bien en claro cuál era el significado tan actual de la palabra “Reparación” y lucho por ella, tuvo bien en claro el contenido del preámbulo de la Declaración de esos Derechos Humanos donde entiende que se precisa un ordenamiento legal que garantice, cito textual ” un régimen de Derecho como esencial para la protección de los derechos humanos. Tuvo bien en claro que es de esencial importancia para la paz y el desarrollo “la construcción de una sociedad donde los ciudadanos puedan disfrutar sus derechos, sin que sea necesario recurrir al supremo recurso de la rebelión si hay una situación extrema de tiranía u opresión que exige esta respuesta por parte de los ciudadanos:…”
Como es posible que nuestros libros de historia , reconozcan una María Abella Ramírez, o una Paulina Luisi que por supuesto merecen todo nuestro respeto y la mención destacada, pero no reconozcan el enorme esfuerzo trasgresor de mujeres afrouruguayas como una María Esperanza Barrios, Clementina Silva, Maruja Pereyra, o como en este caso a nuestra Iris Cabral que en años anteriores a 1948 participaron activamente en luchas fundamentales para lograr un Uruguay equitativo y sin exclusiones.
Todas ellas y otras grandes e ignoradas hasta por nosotros mismos supieron que:” Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”. Art. 1 de la Declaración de los Derechos Humanos 1948.
Graciela Leguizamón
REDAFU