Palabra antigua, de Richard Piñeyro por Alfredo Fressia

Palabra antigua, de Richard Piñeyro  por  Alfredo Fressia

“Es probable que la vida del poeta Richard Piñeyro (Montevideo, 1955-1998) pueda dividirse entre un antes y un después de la experiencia absurda y atroz de la cárcel, a que lo condenó la dictadura desde 1973. El joven de 18 años, militante gremial del liceo de Maroñas, torturado y preso desde entonces en el Penal de Libertad hasta 1980, no abdicó jamás de sus ideales sociales. Sus obras, publicadas desde los ‘80 por las Ediciones de UNO, dan cuenta de ello y de su naturaleza de "poeta íntimo", con estos títulos que juegan a la ingenuidad, como era del gusto de los poetas de UNO: Cartas a la Vida (1985), El otoño y mis cosas (1992) y Quiero tener una muchacha que se llame Beba (1993). Sin duda, si Piñeyro no fue un "extraño" en aquel grupo contestador, es porque cada poeta de UNO ya era, o se quería un "extraño" avant la lettre, casi todos renuentes a aceptar una tradición y un canon.                                                                                                                                                                               La tortura y la prisión actuaron en el poeta como una bomba de efecto retardado. Durante 7 años resistió lo irresistible y vivió para enfrentar la infamia. Había conocido la libertad durante sus primeros 18 años de vida. Suelto desde 1980, tuvo otra vez, y exactamente, otros 18 años de libertad. Se suicidó en 1998 debilitado por las secuelas de aquella experiencia lindera con la muerte, colocada en el centro mismo, y aun cronológico de su vida”. Leer mas