Almari Albarenque

Almari Albarenque

    Espejo

 

Espejo en luna menguante

que cobijaste en tu cuna

el amor de dos amantes,

no reflejes mi tristeza.

regálame  sonrisas 

que mi secreto guarden.

 

Espejo en luna redonda

que muestras en tu cara

mi alegría perdida,

no brilles, no me humilles,

permíteme esconderme 

de nuevo en mi guarida,

tras ropas que no muestren

mi piel envejecida.

 

y al encender la luz...

¡ escóndete de mí !

y déjame soñar..

que habrá otra primavera,

aunque hoy todo sea gris.

 

                                                                 

                             El aguatero - Cuento

 

Aquel verano, enero había llegado con mucha energía a la estancia, más que temprano se sentía el movimiento del personal que aunque intentaban no hacer mucho ruido para no despertar a  los más pequeños, en varias oportunidades le habían robado el sueño al curioso Roberto.

Este era un niño inquieto y ávido de aventuras y fuerte como el ácero, con ensortijado cabello y sonrisa muy blanca que hacía resaltar aun más su negra y graciosa figura.

muchas veces se había escabullido y escondido en el potrero para ver y comprobar que no era cuento lo que decía el ñato su abuelo y cocinero del lugar.

fue así que poco a poco se hizo amigo del “taimado”, el potro más rebelde de allí y que había venido de lejos, incluso a veces sin que nadie se enterara dormía con "amapola" y su ternero y antes de que el sol saludase al potrero, Roberto trepaba hasta su ventana y se quedaba y se quedaba quietito,acostadito en su cama, imaginando que un día el sería el capataz de la estancia "El Aguatero".

A sus ocho años todo era posible e inocentemente se decía: - "cuando yo sea el capataz voy a dejar que los bichos anden sueltos por donde quieran."

“Roberto levantate que ya es tarde para ir a la escuela",  gritó desde el patio su abuelo.

Obediente después de desayunar el niño agarró su bolsita de arpillera con cuadernos, subió a su pingo "Rosendo" y se alejó, se alejó por mucho tiempo de la estancia "El Aguatero" llevando por equipaje invalorables recuerdos. 

Volvió feliz a su pueblo con título de carpintero, su espalda brillaba ancha bajo el fuerte  sol de enero,

a medida que se adentraba en el campo; sus pensamientos volaban con inmensa gratitud hacia el alma de su abuelo. presencia que él sentía que lo acompañaba siempre, igual a cuando era pequeño.

Llegó a aquel camino viejo, polvoriento, trancó su moto, bajó y tocó el caído cerco, reconociéndolo,

y miró ávido de reencontrar algún rostro amigo, pero solo vió las ruinas de la estancia.

El progreso había dejado por el camino vidas y sueños suyos y ajenos. 

Roberto suspiró profundo, lento como queriendo retener el aire y aromas perdidos de su amado potrero. Guardó en su morral un puñado de la tierra de aquel tan querido suelo y se fue silbando bajo la canción del aguatero.

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Almarí Albarenque nacida el 16 de junio de 1960.

Es Profesora Educadora de INAU

Es escritora (poesía y narrativa), dramaturga y dirección de Teatro Infantil

Cantante  de música brasilera dirige en forma amateur de coro de niños/as

Ha actuado y dirigido obras suyas y de otros autores en diferentes escenarios.